Puesto de conducción
Combinar comodidad ergonómica y eficacia aerodinámica permite pocas
combinaciones. Por ello, la posición en ambas es bastante similar.
Asiento ancho y mullido, manillares altos, estriberas relativamente
bajas y adelantadas y gadgets como la pantalla regulable
electrónicamente, son algunos de los detalles que permiten hacer
kilómetros a velocidades estratosféricas o tranquilas-según le apetezca
al conductor y le permitan los radares- sin ningún esfuerzo. Además, los
carenados envolventes y detalles como los retrovisores que ofician de
“cubre manos” desviando en marcha el aire de los puños, consiguen el
milagro de aislarte del terrible frío que hemos sufrido este invierno… a
lo que inventos como los puños o asientos calefactables (esta sólo en
la BMW) ayudan como no te puedes imaginar.
La alemana disfruta de la última evolución del motor K de cuatro
cilindros en línea muy muy inclinados hacia delante (55°) que comenzó a
principios de siglo como un 1200 y el año pasado creció hasta los 1300
llegando hasta los 160 CV, pero sobre todo evolucionando en cuanto a
finura mecánica, electrónica y de transmisión de forma espectacular. En
cuanto a la Kawasaki, apareció en el año 2008, pero para éste 2010 ha
sufrido su primera evolución. En cuanto al motor, ha recorrido un camino
parecido a la alemana refinando su comportamiento muchos enteros. Se
trata también de un 4 en línea heredado de la bestial ZZR 1400 pero con
la potencia rebajada para mejorar el par y suavizar su comportamiento.
Proporciona en marcha los mismos caballos en marcha gracias al sistema
de admisión de aire Ram Air, “quedándose” en 155 en las mediciones
estáticas de banco de potencia.
Comportamiento
Ambas son largas, pesadas (rondan los 300 kilos) y necesitan de mucha
experiencia a los mandos de motos “grandes” para poder ser disfrutadas.
No obstante, a pesar de ello resulta increíble como sus chasis y
sofisticados sistemas de seguridad-ABS, repartidor de frenada, control
de tracción, etc.-hacen fáciles de pilotar unas motos que hace menos de
una década eran mucho más complicadas. La Kawasaki resulta más
convencional tanto de amortiguaciones como de bastidor (horquilla
invertida, monocasco de aluminio) que en la BMW (Duolever delantero,
chasis portante), y por lo tanto la adaptación a ella puede resultar
relativamente más rápida. No obstante, cuando te adaptas a sus
características y, sobre todo, al excepcional y poderoso tacto de sus
motores, resultan sorprendentemente efectivas, rápidas y estables.
La alemana cuenta con su eterna ventaja de contar con más gadgets y
complementos que ninguna otra marca, lo que puede resultar definitivo
para muchos usuarios. No obstante, la Kawasaki ofrece prácticamente lo
mismo, con un diseño que, personalmente, nos parece realmente atractivo
(al igual que la alemana, pero superior y más moderno que el resto de la
competencia), y con la incorporación de este año de unos impecables
sistema de repartición de frenada, ABS y control de tracción. La
diferencia de prestaciones entre ellas no es reseñable, porque apenas es
apreciable en motos que sobrepasan holgadamente los 250 km/h. Puede
que la japonesa resulte algo más compacta en un primer momento (quizá
por su herencia Sport turismo de la ZZR) y su relación calidad precio
imbatible, pero la BMW cuenta con una experiencia en el mercado que le
ha permitido desarrollar una GT sin fisuras, con unas posibilidades de
personalización, equipación y tecnología impensables para el resto de
las marcas.
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